Introducción
Desde su invención, alrededor del 640 a.c., la moneda empezó a acuñarse a martillo, hasta bien entrado el siglo XVI. En 1551 en Alemania se inventa un procedimiento que aplana y estira el metal mediante un laminador hidráulico de dos rodillos cilíndricos paralelos. Posteriormente de aplicaba el relieve usando otros rodillos por el mismos método. A finales del XVI aparecen otros inventos, como la prensa taschenwerk que empiezan a utilizar las pequeñas cecas europeas. La prensa de volante, que había dibujado Leonardo da Vinci, empezó a extenderse a mediados del XVII, siendo Madrid y Sevilla las primaras en usarla, instalándose posteriormente en las cecas de Indias y en Segovia. Era común que en algunas cecas se empleasen 2 o tres métodos de acuñación simultáneamente. Finalmente, en el siglo XIX se impusieron las prensas automáticas de acuñación en las cecas que seguían trabajando, pudiendo llegar a producir hasta 800 monedas por minuto.